La evaluación en el taller

La evaluación debe ser un proceso sistemático y dinámico. Para efectuar la misma se tomará en cuenta la participación y disposición para el trabajo de las niñas y niños en las actividades, el dominio de los contenidos trabajados, la creatividad, la constancia; así como las actitudes, comportamiento, el interés mostrado, la comprensión y aplicación de los temas y conceptos abordados.
Se deberá efectuar de manera tanto individual como grupal, en dependencia de las actividades planificadas y de los criterios de desempeño de las evidencias de aprendizaje. Es importante dar seguimiento al proceso de formación de las competencias en las y los niños teniendo al final un compendio de las evaluaciones intermedias, para ello se enuncian los siguientes recursos o instrumentos, los cuales se aplicarán para alcanzar dicho fin:

1. Bitácora de tallerista


2. Portafolio de evidencias


3. Evaluación por indicadores


El uso de estas y otras herramientas que el talleristas considere sean necesarias utilizar, será de notable importancia en la evaluación pues permite estar atentos tanto al resultado como al proceso.
Es aquí donde se explorarán las diferentes manifestaciones de las artes plásticas y visuales, conformando este el espacio idóneo para poder constatar el desarrollo de las competencias propuestas en el programa.
En el desarrollo de los talleres pueden surgir nuevos procesos y prácticas, los cuales deben considerarse de gran importancia, reconociendo las posibilidades que otorgan las artes de exponer experiencias vivenciales y recordando que estas son reflejo de vivencias personales donde se suceden ideas, sentimientos y emociones. Por estas razones se recomienda utilizar la autoevaluación del alumnado de manera argumentada, a través de la cual podrán evaluar su desempeño, su comportamiento personal y como integrante de un grupo de trabajo y los avances que considera ha logrado.

Guía para la evaluación por indicadores Descarga AQUÍ


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